El Tercer Malón de la Paz se planta en Buenos Aires para exigir derechos

Representantes de 400 comunidades se instalaron frente al Palacio de Tribunales con varias exigencias. La principal es que la Corte Suprema declare inconstitucional la reforma provincial de Jujuy. Los ministros del máximo tribunal los iban a recibir pero finalmente desistieron y apenas aceptaron la entrega de un petitorio.

Luego de una reforma constitucional hecha prácticamente con la luz apagada y las sucesivas represiones y persecuciones, el Tercer Malón de la Paz puso proa hacia Buenos Aires, destino que alcanzó el 1° de agosto luego de atravesar Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe.

El Tercer Malón de la Paz representa a 400 comunidades de los pueblos collas, atacamas, ocloyas y guaraníes. Recorrieron 1875 kilómetros en una semana.

Un trajín impactante para manifestarse frente al Congreso, en el Obelisco y finalmente instalarse frente al Palacio de Tribunales. El objetivo era ser recibidos por los ministros de la Corte Suprema, que habían aceptado reunirse con una delegación del Malón, pero finalmente desistieron, en un nuevo gesto de maltrato a los pueblos indígenas por parte de las instituciones.

Lo que piden las comunidades tiene ejes claros:

  • Exigir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que se expida sobre la inconstitucionalidad de la reforma constitucional de la provincia de Jujuy.
  • Instrumentación de la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena por parte del Congreso de la Nación.
  • Pedir la intervención federal de la provincia de Jujuy teniendo en cuenta la gravísima situación político-institucional que allí existe.
  • Cese de la represión, hostigamiento, detenciones, penalización, criminalización e imputaciones hacia dirigentes y autoridades indígenas de la provincia de Jujuy.

El cacique del pueblo ocloya, Néstor Jérez, fue el único que pudo entrar al edificio y fue apenas para entregarle un petitorio al secretario de la Corte Suprema. «Se ponen en la mesa dos modelos totalmente opuestos: uno es el modelo capitalista que viene por todo, de ambición, avaricia, colonización y exterminio; el otro modelo es el de los pueblos milenarios basado en el buen vivir, convivir en armonía y equilibrio con los bienes naturales, con la plena conciencia de que esos elementos son la garantía de vida de las futuras generaciones», manifesto Jérez.

Mientras tanto, en el Congreso nacional, otro grupo de representantes del Tercer Malón participó de la presentación de un proyecto que dispone la creación de la «Comisión investigadora bicameral sobre la reforma constitucional y la violencia institucional» y de la «Comisión sobre pueblos indígenas».

«Arriba los derechos, abajo la reforma. El territorio no se negocia, es parte de nuestra identidad, es nuestra vida». El grito de Jérez se replica en las gargantas de todos los que marcharon a Buenos Aires y de quienes sostienen hasta hoy los cortes en la provincia de Jujuy para mantener viva la llama del reclamo.

El Tercer Malón de la Paz marchó por las calles de Buenos Aires.

Herencia de más de casi ocho décadas

El Tercer Malón de la Paz es heredero de luchas anteriores de las comunidades. En mayo de 1946 salieron desde Abra Pampa 174 representantes de las comunidades que pasaron por San Salvador, Orán, Iruya, Salta, Tucumán, Córdoba, Rosario y finalmente llegaron a Buenos Aires para exigirle al presidente Juan Domingo Perón la restitución de sus tierras.

El mandatario los recibió, los alojó en el Hotel de los Inmigrantes y terminó forzándolos con los organismos de seguridad a tomar un tren de vuelta al norte.

Esa manifestación, de carácter histórico, quedó nombrada para la posteridad como el Malón de la Paz.

En agosto de 2006, representantes de 120 comunidades jujeñas fueron hacia Purmamarca para reclamarle al gobernador Eduardo Fellner que se cumpla un fallo judicial que disponía la entrega de 15 mil km2 de territorio a los pueblos indígenas. Fue el Segundo Malón de la Paz.

En 2023, en medio de brutales represiones y con métodos de persecución que recuerdan a los tiempos más oscuros de la historia argentina por parte del gobierno provincial y con la complicidad del resto del establishment político de la provincia, las comunidades responden con el Tercer Malón de la Paz y esta larga marcha hacia Buenos Aires para que el resto del país pose su mirada sobre lo que sucede en Jujuy.

Jérez lo resumió así: «Somos continuadores de la lucha iniciada por nuestros mayores, hijos de la pachamama y raíces de esos montes que han sido cortados hace mas de 500 años por los colonizadores. En esta reforma de Jujuy el genocidio continúa, es una reforma para avanzar con el exterminio, para volver a la esclavitud y favorecer al poder económico concentrado, avanzar en el saqueo, en el despojo y el extractivismo, el desequilibrio y daño irreversible a la madre tierra».